Preguntas

1. ¿Mi hijo tiene sobrepeso, porque es más gordo que sus compañeros de clase?

FALSO Para saber si el niño tiene sobrepeso, no solo hay que tener en cuenta su peso, sino también su altura y su edad. El índice de masa corporal (IMC) es el mejor indicador del que disponemos actualmente. Permite evaluar con precisión si el peso de un niño es adecuado, insuficiente o excesivo en relación a su altura y a su edad.

2. Mi hijo come demasiado, ¿tengo que conseguir que coma menos?

FALSO Naturalmente que comer demasiado propicia la gordura. Pero lo que cuenta es sobre todo la calidad de la alimentación. Hay que dar prioridad a la fruta, la verdura y las féculas, y limitar el consumo de alimentos demasiado dulces o grasos. Además, hay que cambiar algunas costumbres alimentarias: hay que hacer tres comidas al día, además de la merienda. Y acostumbrarse a no picar ni beber bebidas azucaradas (ni siquiera leche) entre horas.

¿La obesidad es obligatoriamente una enfermedad hereditaria?

FALSO La obesidad tiene a veces un origen genético. Los estudios demuestran que el riesgo de obesidad se multiplica por cuatro en los niños que tienen un progenitor obeso y por ocho cuando los dos lo son. Pero eso no permite explicar el brusco aumento de esta enfermedad en los últimos años. La obesidad, que ha sido declarada epidemia por la OMS, está asociada sobre todo a factores sociales, económicos y culturales.

4. Si mi hijo es obeso, no pasa nada, ya se estabilizará de forma natural en la adolescencia

FALSO Dos tercios de los niños obesos seguirán siéndolo de mayores y pueden sufrir otras patologías: el riesgo de complicaciones cardiovasculares se multiplica por tres y el de diabetes por nueve, se producen problemas ortopédicos y la repercusión psicosocial es importante... Sin olvidar que, más allá de los problemas psicológicos que suele comportar, la obesidad puede reducir 13 años de media la esperanza de vida de un adulto.

5. La obesidad se puede detectar antes de los 2 años

VERDADERO Lo indica el seguimiento de la curva de corpulencia. No hay que preocuparse si el niño está rellenito antes de cumplir un año: es normal. El niño empieza a adelgazar hacia los 12 meses, cuando comienza a andar. Luego vuelve a engordar a partir de los 6 años. Pero si a excederse en su peso antes de los 6 años, hay que llevar cuidado, porque es una señal de obesidad. Por eso es importante pesar y medir a los niños cada 6 meses y seguir la evolución de su curva de corpulencia.

6. Si mi hijo tiene sobrepeso, tengo que ponerlo a régimen enseguida

FALSO No hay que poner al niño a régimen, solo hay que hacer que coma mejor. Tiene que comer 5 porciones de frutas y verduras al día, tomar productos lácteos y proteínas con moderación, beber agua y limitar los azúcares rápidos y grasas, pero no los azúcares lentos (cereales, féculas...). También es muy importante que se mueva. Aunque no sea aficionado al deporte, hay que animarlo a moverse: que vaya andando al colegio o salga a jugar fuera. Son pequeños detalles muy simples que le permitirán hacer ejercicio. Algunas costumbres cotidianas también cambian muchas cosas. Por ejemplo, comer en familia, adaptar las cantidades que se sirven en el plato a la edad del niño, comer despacio, no repetir... Y, como advierte la pediatra Brigitte Virey: luchar contra la idea preconcebida de que, para un niño, estar rellenito es estar en plena forma.